Guillaume Apollinaire, en su obra 'Las once mil vergas':
"Las manos de la chica no se quedaron inactivas: habían agarrado la verga del príncipe y lo hablan dirigido por el estrecho sendero de Sodoma. Alexina se inclinaba de manera que su culo destacara mejor y facilitara la entrada del cipote de Mony".
A usted señora
Que es la causa de mi alegría
La razón de mi poesía
La hacedora de mis fantasías.
A usted señora
Que es mi fiel compañía
En la tristeza y alegría
Fuente de mi energía.
A usted señora
Que a diario me guía
Con su vasta sabiduría
Deleitando mi estadía.
A usted señora
Gracias doy en este día
Por ser parte de mi antología
Mi más bella poesía

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